sábado, 3 de diciembre de 2016

ANÉCDOTAS SOBRE FIDEL CASTRO: SU SANGRE DONADA DURANTE EL TERREMOTO EN ARMENIA Y SU TRADUCTOR DEL RUSO AL ESPAÑOL DE ORIGEN ARMENIO.



La sangre de Fidel Castro en Armenia.

Fidel Castro, uno de los hombres más influyentes del siglo XX, ha muerto, pero una parte de él pudiera seguir viva en las venas de una ciudadana armenia. El revolucionario cubano donó su sangre a la mujer después del terremoto de Spitak en diciembre de 1988.

El 7 de diciembre de 2016 se cumplen 28 años del terremoto de Spitak. El columnista de Sputnik Armenia, Dmitri Pisarenko, en un reciente artículo recuerda la historia de una sobreviviente de este terrible sismo, cuya vida se salvó gracias al líder cubano.

"No lo recuerdo bien, pero a finales de los años 90, o tal vez a principios de los 2000, me enteré de una historia curiosa de la prensa local acerca de una mujer joven de la ciudad de Gyumri. Mi camarógrafo y yo, Oganés Akopián, nos fuimos a visitarla para hacer un reportaje para la cadena [rusa] NTV, con la que colaborábamos en aquel entonces", recordó el periodista.

La historia que ella contó a los periodistas sí que sorprende y al mismo tiempo emociona.

Días después de la catástrofe, que destrozó la ciudad de Gyumri, en las ruinas de uno de los edificios de la urbe, los equipos de rescate la encontraron en estado crítico. Los doctores tuvieron que amputarle una pierna. Por si fuera poco, necesitaba una transfusión de sangre para sobrevivir.

Tras la cirugía, empezó a recuperarse. Los doctores le informaron de que la bolsa con sangre que había recibido tenía escrito el nombre de Fidel Alejandro Castro Ruz. Años después de la tragedia, durante la entrevista, ella recordaba con una sonrisa las bromas de sus allegados acerca de sus 'lazos de sangre' con el comandante.

Según relató el columnista, la protagonista hasta bromeó con que una vez se acercó a un espejo y se puso a examinar detenidamente su cara para ver si le había salido una barba como la de Fidel.

"Con la muerte del revolucionario se acabó una época entera, pero su sangre sigue dando vida a una persona", concluye Pisarenko en su artículo.

El terremoto de Spitak, de 7,2 grados de magnitud en la escala de Richter, está considerado como uno de los más destructivos en la historia de la humanidad. El terremoto redujo a cenizas la urbe de Spitak —la segunda más grande de Armenia— y dañó considerablemente la localidad de Gyumri —entonces Leninakán—.

Como resultado del mismo, unas 25.000 personas perdieron sus vidas, 140.000 resultaron heridas y medio millón se quedaron sin hogar. Todas las repúblicas de la URSS participaron en la reconstrucción de la región. 


Unos 20.000 soldados y oficiales del Ejército soviético, así como centenares de voluntarios, incluidos extranjeros, tomaron parte en las operaciones de rescate. Además, otros 111 países prestaron ayuda humanitaria en forma de equipamiento, alimentos, fármacos y profesionales en labores de rescate.

En aquel entonces, una gran cantidad de personas prestó ayuda al pueblo armenio, desde ciudadanos de a pie hasta líderes de algunas potencias mundiales. Uno de ellos fue el mandatario cubano, Fidel Castro, que donó su sangre a las víctimas. Miles de cubanos siguieron su ejemplo.

El gobierno de Cuba envió además un grupo de médicos equipados con los aparatos más modernos a Armenia. Fidel Castro personalmente se encargó de la organización de la entrega de ayuda a las víctimas del terremoto.


Intérprete ruso de Fidel Castro y el Che: "Teníamos una misión especial".




Traductor Hovsep Manasaryan (a la derecha): "A su manera los cubanos me llaman José".

El hombre que trabajó como intérprete del ruso con las personas más importantes en la historia cubana del siglo XX habla de su vida en el país caribeño y de la relación que estableció con Fidel y Raúl Castro.


"Nuestro instituto era considerado el mejor de la URSS", "todos nuestros profesores habían trabajado en el extranjero", "teníamos una misión especial". Así recuerda sus años universitarios Ovsep Manasarián, que un día pasó de ser un estudiante soviético más a trasladarse a Cuba para trabajar como traductor e intérprete del ruso al español para los Castro, según relata él mismo en una entrevista con el periódico 'MK'. Al principio no sabía que iba a conocer personalmente a algunas de las personas cruciales de la historia del siglo XX.

"Nos recibieron con exultación. Conocí al hermano menor de Fidel Castro, al coronel Raúl Castro", recuerda el intérprete. "En Cuba me llamaban 'José'. Mi mejor amigo era el comandante Pinares. Su verdadero nombre era Antonio Sánchez Díaz".

"Era un hombre muy discreto y con buen sentido del humor". Añade que también conoció a muchos exrevolucionarios cubanos y quedó sorprendido porque, "a pesar de ser jóvenes, todos eran ya comandantes".
Más adelante su trabajo consistió en traducir del ruso para Raúl Castro, del que dice: "Era un hombre muy amable y siempre me pedía contarle los nuevos chistes de 'radio armenia' [unos chistes muy populares en la época soviética]. Decía que los armenios y los cubanos tienen un sentido de humor muy semejante", recuerda Ovsep, que es de origen armenio.

"Reíamos mucho y le contaba sobre mi vida en la universidad", lo que –según dice– no les gustó a los funcionarios soviéticos en Cuba, que "un día me retiraron del palacio".

"Para una revolución me bastarían solo diez hombres y la fe absoluta".

Pero por orden de Raúl volvió y el mismo día ambos hablaron hasta la noche, una conversación en la que Castro le advirtió: "Tendrás una vida mucho más interesante que la de un diplomático". Más tarde, salió junto con los hermanos Castro a un campo de tiro, donde le impresionó mucho la rapidez y energía de Fidel.
"Era un hombre único, muy inteligente y de gran coraje. Sufrió muchos atentados, pero no me sorprende que siempre lograra burlar a sus enemigos con astucia", comenta Ovsep.

En una de sus conversaciones, recuerda Manasarián, Fidel le dijo: "Empecé la revolución con 82 hombres. Si tuviera que hacerlo de nuevo, lo hago con 10 o 15 y la fe absoluta. No importa lo pequeño que son, si usted tiene fe y plan de acción".

El revolucionario que nunca habló mucho.

Además, Pinares le presentó a su amigo, el legendario Che Guevara. "Traduje artículos de periódicos soviéticos para el Che", cuenta el intérprete. "Nunca hablaba mucho, escuchaba más a los otros. Su aspecto mostraba una gran fuerza […] Su lema era: 'Siempre adelante, ni un paso atrás'".
Ovsep recuerda que Pinares lo invitó a participar en actividades guerrilleras, pero el intérprete se negó.

Al poco tiempo, recuerda, Pinares desapareció, y un poco más tarde por la radio anunciaron que el Che Guevara había muerto, y en ese momento "no sé por qué, pero entendí que tampoco mi amigo Pinares estaba vivo […] Así perdí a mis más leales amigos cubanos".
La víspera de su partida de Cuba recibió un regalo de Fidel Castro: una grabadora japonesa. "¡Pero no es cubana!", respondió Manasarián.

Entonces, Fidel, con una sonrisa, le propuso un encuentro con una mujer, pero el soviético le pidió que le regalara un cocodrilo.

"Poco después este gigante de tres metros salía conmigo para Moscú", sonríe el intérprete, que todavía tiene el reptil colgado en la pared.


FUENTES:

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Fuente: Guia Menc