domingo, 20 de noviembre de 2016

PARA ERDOGAN "EL ISLAM NO PUEDE DIALOGAR CON OTRAS RELIGIONES".

Las relaciones entre Turquía y la Santa Sede se vieron afectadas después de que el Vaticano reconociese el genocidio armenio perpetrado por turcos otomanos y que estos siguen negando.


Todo diálogo entre el islam y las demás religiones es imposible, según defendió el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en un discurso ante el Parlamento de Pakistán.
“El islam no puede dialogar con otras religiones” dijo, en referencia a la actitud abierta del líder religioso Fethullah Gülen, partidario de una profunda reforma del islam.

Erdogan ha acusado a Gülen de instigar el intento de golpe de Estado en su contra, el pasado 15 de julio.
Fethullah Gülen “proponía establecer un diálogo con el Vaticano. ¿Pero cómo es posible dialogar con otras confesiones?; ¿De qué manera puede el islam dialogar con otras religiones?; Esta persona dice que se puede, pero ¿es realmente posible?”, cuestionó el mandatario musulmán.
Erdogan tuvo un tenso desencuentro con la Santa Sede en abril de 2015, después de que el Papa Francisco denunciara el genocidio armenio perpetrado por turcos.
Las declaraciones de Erdogan contrastan con la actitud dialogante del Papa Francisco y su mano tendida hacia los musulmanes.

Basta recordar la visita que realizó en noviembre de 2014 a la Mezquita del Sultán Ahmed en Estambul, o el encuentro que el Santo Padre mantuvo con el Gran Mufti de Jerusalén en la Explanada de las Mezquitas en mayo de 2014.
Erdogan tuvo un tenso desencuentro con la Santa Sede en abril de 2015, después de que el Papa Francisco denunciara el genocidio armenio perpetrado por turcos otomanos a inicios del siglo XX y reiteradamente negado por las autoridades turcas.
Como consecuencia, el Ministro de Exteriores de Turquía convocó al Nuncio Apostólico en ese país para protestar por la condena del Papa.
Además, en su discurso ante los parlamentarios pakistaníes, Erdogan acusó a la Unión Europea y a Occidente de financiar y apoyar a organizaciones terroristas como Al Qaeda, Estado Islámico o el kurdo PKK.

“En nuestra lucha contra estos grupos terroristas, hemos comprobado que las armas que usan tienen su origen en Occidente”, denunció. “Quieren desestabilizar Turquía y al mundo musulmán”, aseguró.
Estas acusaciones contrastan con la actitud que, desde el comienzo de la guerra, ha mantenido Turquía en relación a Siria y al auge del Estado Islámico.

Las autoridades turcas han sido acusadas de permitir la entrada en Siria de yihadistas provenientes de diferentes lugares del mundo, además de facilitar la financiación de Daesh mediante la venta de petróleo y otras actividades que beneficiaban a éste y otros grupos salafistas.
Según sus críticos, el gobierno turco habría favorecido a grupos rebeldes en Siria para derrocar el régimen de Bashar al Asad e instaurar un régimen afín a sus intereses.
Por otro lado, tras el fracasado golpe de estado del 15 de julio, Turquía ha emprendido una carrera represiva contra opositores y funcionarios con algún tipo de vínculo con el movimiento de Fethullah Gülen.
Hasta el momento, han sido apartados de sus puestos 20.000 miembros de las Fuerzas Armadas y 110.000 jueces, profesores, policías y funcionarios. Además, se ha procedido a la detención de más de 36.000 personas.
La Unión Europea ha condenado tanto esta oleada represiva en Turquía como la posterior deriva autoritaria del gobierno turco.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, en declaraciones a la prensa alemana, señaló que Turquía se estaba alejando de Europa, y no descartó imponer sanciones económicas.

La UE no es la única alternativa para Turquía.

"Según mi opinión, el "brexit" (como se conoce la retirada del Reino Unido de la UE) fue una buena coincidencia. Cosas parecidas pueden pasar en otros países de Europea y Turquía debería sentirse cómoda" aseguró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a un grupo de periodistas que le acompañaban en el avión de regreso a un viaje oficial a Pakistán y Uzbekistán.
"Lo que quiero decir es que no se debería decir: No hay nada aparte de la UE para mí. Por ejemplo, planteo por qué no debería estar Turquía en el Shanghai-5", explicó Erdogan. El jefe del Estado se refería al pacto político y económico formado en 1996 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, y al que luego se han unido Uzbekistán y pronto lo harán India y Pakistán.
Erdogan aseguró que el presidente ruso, Vladímir Putin, le ha asegurado que se está evaluando esa posibilidad y afirmó que entrar en esa organización ayudaría a Turquía "actuar de forma más cómoda".
El político islamista criticó a la UE por mantener a su país esperando durante 53 años a entrar en el club comunitario. También por no permitir que los turcos visiten la UE sin necesidad de visados y por, aseguró, no pagar los 3.000 millones de euros prometidos como parte del acuerdo para que Turquía acoja a los refugiados deportados desde suelo comunitario.
Erdogan volvió a insistir en que si a finales de año no hay avances en el proceso de adhesión de Turquía se debería cancelar definitivamente las negociaciones. "Esperemos hasta finales de año. Si ocurre, ocurre. De lo contrario, cerremos este expediente y la readmisión de refugiados", advirtió.
Sobre las críticas de la UE a los ataques a la libertad en Turquía y la ola de arrestos y despidos de funcionarios tras el intento de golpe de Estado del pasado julio, Erdogan afirmó que hay terroristas moviéndose libremente por Alemania, Francia o Bélgica sin que la UE se preocupe de ello.
También recordó que una diputada regional belga de origen turco fue expulsada de su partido en 2015 al negarse a reconocer el genocidio armenio. "Ese es su concepto de la libertad", comparó Erdogan.También afirmó que durante la unificación de las dos Alemania, unos 600.000 funcionarios fueron despedidos. "Si ellos lo hacen está bien, pero les molesta si lo hacemos nosotros", criticó.
FUENTES: 

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Fuente: Guia Menc